Fuente: Madrid/Geoscopio
Con motivo de la conferencia mundial de la Unión Internacional de Transportes Públicos (UITP) celebrada en Madrid, Loyola de Palacio presidió la entrega del primer autobús de hidrógeno del proyecto CUTE.
El proyecto CUTE tiene por objeto crear y demostrar un sistema de autobuses de pilas de combustible de hidrógeno. Se inició a finales de 2001 por un período de cuatro años y medio y con un presupuesto total de 52 millones de euros, es el mayor del mundo en el ámbito de las tecnologías de pilas de combustible.
Según Loyola de Palacio, vicepresidente de la Comisión Europea responsable de los transportes y la energía, que ha presidido la ceremonia de entrega del autobús "el proyecto CUTE: forma parte de nuestra estrategia de abastecimiento energético que aspira a la reducción de las emisiones y a la disminución de nuestra dependencia energética".
Aunque el autobús es la parte más visible del proyecto, en especial para los ciudadanos europeos, los objetivos del CUTE se centran en todas las aplicaciones de la economía del hidrógeno, especialmente la infraestructura de producción y abastecimiento de hidrógeno. Demostrando la viabilidad de un transporte público sin emisiones, cuyo combustible -el hidrógeno- procede de diversas fuentes de energía.
El transporte urbano limpio tiene que aunar unas flotas de vehículos públicos y privados rentables, limpios y eficaces desde el punto de vista de la energía con planteamientos innovadores de la gestión de la demanda de transporte, servicios de transporte público de alta calidad, servicios inteligentes de transporte y otras medidas blandas.
El sistema de autobuses de pilas de combustible de hidrógeno no produce intrínsecamente ninguna emisión perjudicial y permite utilizar casi cualquier fuente de energía primaria para el transporte. El hidrógeno se puede producir a partir de cualquier fuente de energía primaria, pero el desarrollo del hidrógeno como vector energético precisa de servicios energéticos más atractivos que la fuente de energía primaria.
Las ciudades participantes en el proyecto son Madrid, Londres, Oporto, Luxemburgo, Hamburgo, Barcelona, Stuttgart, Estocolmo y Amsterdam, en consorcio con Daimler-Chrysler.
El proyecto servirá para reforzar la competitividad de la industria europea en los ámbitos estratégicamente importantes del tratamiento del hidrógeno y de la tecnología de las pilas de combustible. El proyecto revelará también a la sociedad europea la cercanía de esta tecnología innovadora a sus preocupaciones cotidianas, como por ejemplos una mejor calidad del aire local, salud humana, protección del medio ambiente y calidad de vida.
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