Fuente: Madrid/Geoscopio
Cuatro Reales Decretos (tres eléctricos y uno gasista) harán que a partir del uno de enero 22 millones de consumidores españoles podrán elegir su compañía eléctrica y que cuatro millones más podrán elegir también su compañía de gas natural.
El próximo uno de enero quedarán plenamente liberalizados los mercados de gas y electricidad en España, lo que supone que cualquier consumidor doméstico y pyme podrá elegir comercializador o bien quedarse en la actual tarifa fijada anualmente por el Gobierno.
Con esta medida España se adelanta cuatro años y medio a las directivas de la Unión Europea sobre la liberalización de los mercados energéticos, que serán efectivas para todos los Estados miembros a partir del uno de julio de 2007, según el acuerdo alcanzado en Bruselas el pasado 25 de noviembre por el Consejo de Ministros de Energía de la Unión Europea.
A partir del próximo uno de enero más de 22 millones de consumidores españoles podrán elegir su compañía eléctrica y que cuatro millones más podrán elegir también su compañía de gas natural. En unidades energéticas, kilowatios-hora o termias, es la mitad del mercado, pero en número de consumidores supone el 90% del mismo.
La liberalización de los mercados de gas y electricidad en España culmina un proceso iniciado en 1997; consagra el carácter de servicio esencial del suministro de energía eléctrica y gas, que deben prestarse en condiciones adecuadas de calidad, seguridad y precio y, por último, supondrá un aumento de la calidad y la eficiencia del sistema energético al haber contestabilidad, o posibilidad de que un mismo servicio pueda ser prestado por más de un operador.
La plena elegibilidad de compañía comercializadora aprobada el pasado 25 de noviembre fue fruto de la Cumbre de Barcelona de marzo de 2002, bajo la presidencia española de la Unión Europea. En dicha cumbre se fijó el año 2004 como fecha de liberalización para todos los consumidores industriales. Ahora se ha fijado el 1 de julio de 2007 como fecha límite para la elegibilidad de todos los consumidores domésticos europeos de gas y electricidad.
En España, desde 1998 los grandes consumidores energéticos, el 30% del consumo de energía, pueden elegir entre ir a un mercado liberalizado o quedarse en tarifa. En la actualidad, el 56% de estos clientes están en el mercado, es decir, han elegido la liberalización frente a los precios regulados, en un proceso que a partir del próximo uno de enero se extenderá a las pymes y a los consumidores domésticos.
El Reino Unido y Suecia han sido los pioneros de la liberalización en la Unión Europea, en un proceso paulatino como el que se prevé en España, donde lo importante es poder elegir comercializador, lo que a su vez conlleva una mayor eficiencia del sistema.
Los consumidores suecos tienen pleno acceso al mercado liberalizado desde 1998. Desde entonces, el 100% de los consumidores industriales han cambiado de suministrador al menos una vez y el 20% más de dos veces. En el Reino Unido en los dos últimos años aproximadamente nueve millones de consumidores domésticos, el 30% del total, han cambiado de compañía eléctrica y en torno a la mitad ha optado por una oferta combinada de gas y electricidad.
En el pasado Consejo de Ministros de Energía de la Unión Europea se alcanzó un segundo gran acuerdo: la separación jurídica entre los negocios de redes y de suministro. A más tardar el uno de julio de 2007 las empresas energéticas europeas deberán haber separado jurídicamente la operación, el mantenimiento y el desarrollo de las redes de transporte y distribución del suministro y la venta de energía a clientes finales.
Este acuerdo, que evitará los subsidios cruzados entre actividades y hará más difícil la discriminación de los nuevos operadores. En España esta separación jurídica entró en vigor con las leyes del Sector Eléctrico (1997) y del Sector de Hidrocarburos (1998), plenamente vigentes en la actualidad tras el acuerdo de la Unión Europea y que permitieron en su día el acceso de terceros a las redes de transporte y la separación entre actividades reguladas y no reguladas. En el espíritu de ambas leyes estaba ya la voluntad de un mercado plenamente liberalizado.
Los cuatro Reales Decretos (tres eléctricos y uno gasista) que a partir del uno de enero establecen las pautas para que los consumidores españoles de gas y electricidad puedan cambiar de comercializador, fijan además una senda previsible de evolución de las tarifas y ofrecen una señal eficiente de precios para los inversores, los mercados de capitales y los nuevos entrantes.
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