Fuente: Madrid/Geoscopio
La Comisión Delegada aprueba la elaboración de la Estrategia de Eficiencia Energética 2003-2012. Su objetivo es mejorar el índice de intensidad energética. Para llevarlo a cabo, se crearán grupos de trabajo interministeriales y un grupo de coordinación institucional.
La Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos ha aprobado la elaboración de la Estrategia de Eficiencia Energética para el período 2003-2012, cuyo objetivo básico es mejorar el índice de intensidad energética. Este índice es el resultado del cociente entre el consumo y el PIB, tanto en términos de energía primaria como final.
Para llevar a cabo la realización de la Estrategia de Eficiencia Energética se crearán seis grupos de trabajo interministeriales, correspondientes a las áreas de Transformación de la Energía, Transporte, Edificación, Terciario y Residencial, Industria y Servicios Públicos. Además de estos grupos sectoriales se crea otro grupo de Coordinación Institucional que definirá los objetivos horizontales; las relaciones con las Comunidades Autónomas y las Instituciones Locales, así como el desarrollo de objetivos de carácter institucional.
En los últimos años las tasas de crecimiento de la demanda energética española se ha situado por encima de la del producto interior bruto como consecuencia, entre otros factores, de la incorporación progresiva de nuevos equipamientos y tecnología y el mantenimiento de la tendencia a la convergencia con los países de nuestro entorno.
La previsión para la próxima década es que las demandas de energía primaria y final seguirán creciendo ligeramente por encima del PIB real, que a su vez crecerá más en España que la media de la Unión Europa. Este hecho, junto con la fuerte dependencia energética exterior y las implicaciones medioambientales de este escenario, hace preciso reforzar los mecanismos de eficiencia energética.
Para ajustar esta mayor demanda de energía al crecimiento del PIB, reduciendo en consecuencia los índices de intensidad energética (menor demanda para producir o consumir lo mismo), se hacen imprescindibles acciones que atemperen este aumento de la demanda energética en relación al crecimiento económico.
Estas acciones van desde el análisis de la oferta y demanda energética, de los sectores consumidores finales y de aquellos más aptos para mejorar la eficiencia energética, hasta la elaboración de programas específicos para cada sector, junto con medidas de carácter horizontal y campañas de comunicación dirigidas a consumidores, distribuidores y fabricantes.
La energía es una materia de relevante importancia para el desarrollo económico de los países. La política energética española persigue conciliar dicho objetivo con la seguridad en el suministro energético, a través de la diversificación de fuentes de energía, y con una protección efectiva del medio ambiente. Ambos objetivos requieren la puesta en marcha de acciones que promuevan la eficiencia energética, a través de una estrategia cuya elaboración ha sido aprobada por la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos.
Esta Estrategia de Eficiencia Energética forma parte del modelo energético español, junto con la Planificación de los Sectores de Electricidad y Gas, aprobada recientemente por el Congreso; la nueva metodología de las tarifas eléctricas, que en breve será remitida a la Comisión Nacional de la Energía, y la Elegibilidad eléctrica y gasista, que supondrá a partir del uno de enero la libre elección de suministrador por parte de consumidores domésticos e industriales.
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