Fuente: Madrid/Geoscopio.
De acuerdo con la última evaluación anual de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), los esfuerzos encaminados a atenuar la presión sobre el medio ambiente europeo cosechan resultados desiguales. El etiquetado ecológico y la promoción del ahorro energético, se están expandiendo, pero su uso no deja de ser marginal.
En el informe "Señales medioambientales 2002", que acaba de presentarse, se apuntan las tendencias globalmente positivas en toda la Unión Europea de las emisiones de gases de efecto de invernadero, que provocan el cambio climático, y de la generación de residuos, así como las reducciones confirmadas de la contaminación del agua y el aire.
Las emisiones de gases de efecto de invernadero son un 3,5% más bajas que las de 1990, pese a registrar un ligero aumento en el año 2000. Las emisiones de diferentes contaminantes atmosféricos han disminuido de forma sustancial.
El volumen total de residuos, aunque sigue aumentando, parece hacerlo más lentamente que la economía; y gracias a la introducción de numerosas nuevas plantas de tratamiento de aguas residuales, se ha logrado reducir los vertidos contaminantes en ríos y otros cuerpos acuáticos.
Sin embargo, tal y como se advierte en el informe, estas reducciones totales se deben en muchos casos a fuertes recortes en unos pocos países o sectores económicos. Muchos países y algunos sectores no han aportado nada a las tendencias positivas, por lo que los avances son desiguales.
Además, los lapsos de tiempo necesarios hasta que estas reducciones se traduzcan en mejoras de la calidad del medio ambiente, junto con las elevadas concentraciones de fondo de contaminantes procedentes de emisiones pasadas y fuentes foráneas, hacen que el impacto de estas presiones siga siendo objeto de preocupación.
En palabras de Domingo Jiménez-Beltrán, Director Ejecutivo de la AEMA "Todavía falta un largo camino por recorrer antes de que se otorgue la debida importancia a los problemas medioambientales en el proceso de toma de decisiones, para situarlos al mismo nivel que las consideraciones económicas y sociales".
En opinión de Jiménez-Beltrán: "a menudo, se pasa por alto la contribución de los hogares a las presiones medioambientales. Dado que los niveles de consumo siguen aumentando paralelamente a la renta disponible, cada vez es más importante ayudar a los consumidores a tomar decisiones con conocimiento de causa. El etiquetado ecológico y la divulgación de información, por ejemplo mediante campañas de promoción del ahorro energético, se están expandiendo, pero su uso no deja de ser marginal".
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