Desde
hace años, el desarrollo de nuestra sociedad se basa en la
utilización de la energía un amplio abanico de actividades
productivas y recreativas. En un esquema simple sus
aplicaciones se pueden dividir en dos grupos: |
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Combustibles
de uso directo, empleados básicamente para la calefacción
doméstica y de edificios de servicios, en diferentes
procesos y equipos industriales y en automoción. Provienen
en gran medida del petróleo, pero también del carbón y el
gas natural. Suponen dos tercios del consumo de energía
primaria en un país industrializado medio. |
Electricidad
que se emplea en iluminación y en accionamiento de equipos:
electrodomésticos y maquinaria industrial, hornos y otros
procesos industriales. Proviene de diferentes fuentes: carbón
y otros combustibles fósiles, energía hidráulica y
nuclear. Representa un tercio de la energía primaria que
utiliza un país industrializado medio. |
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En
ambos casos, la energía se recibe desde empresas de medio y
gran tamaño a través de redes de transporte y distribución
complejas que suponen unas inversiones de fuerte magnitud.
En la vuelta a las energías renovables, éstas se utilizan
en gran medida para la producción de electricidad, pero
también se obtienen de ellas combustibles de uso doméstico
e industrial, así como biocombustibles líquidos para
automoción. |
La
inserción de las renovables en el esquema energético se
hace a través de las redes ya existentes de suministro eléctrico
o de combustibles de uso directo, aunque también se plantea
el uso de estas energías para satisfacer las demandas de
comunidades aisladas de las redes de distribución energética
convencionales. |
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